Seguramente ya habrás escuchado hablar en muchas ocasiones a tu médico, tus familiares, o inclusive a tus compañeros de trabajo o jefe sobre lo importante que es realizar actividad física en tu día a día y de los grandiosos beneficios que ésta te puede ofrecer.
Pues bueno, la realidad es que ellos están en lo cierto. Nosotros los seres humanos somos nómadas por naturaleza ya que nuestro cuerpo ha sido diseñado para generar movimiento, y por ende es esencial para el mantenimiento de la vida.
El movimiento no es solamente el resultado de una mera contracción muscular voluntaria cuando caminamos o cuando digitamos en nuestro ordenador. El movimiento también es un proceso involuntario que ocurre en todo nuestro cuerpo sin nuestro consentimiento.
Nosotros los seres humanos somos nómadas por naturaleza
Aunque no lo veamos o lo sintamos, el movimiento ocurre en cada una de nuestras 30 trillones de células para mantenernos con vida. Sin él, no podríamos respirar, nuestro corazón no podría latir o tampoco nos podríamos alimentar. ¡Sin movimiento no habría vida!
Todos tenemos diversos motivos y razones para movemos. Nos movemos por necesidad o nos movemos por entretenimiento o diversión. En realidad no importa cual sea la razón, el lugar o el momento, lo importante es comprender que el movimiento hace parte de nuestra esencia y razón de ser.
¿Qué es la actividad física?
No es un secreto que realizar actividad física nos hace sentir mejor, nos llena de vitalidad e inclusive nos ayuda a mejorar nuestra autoestima. Una de las definiciones más simples pero a la vez integrales sobre lo que es la actividad física, la brinda la Organización Mundial de la Salud.
Ésta organización la define como “cualquier movimiento corporal producido por los músculos que genere un gasto de energía mayor al de reposo” y reconoce que su práctica está asociada a múltiples beneficios fisiológicos y psicológicos.
Cualquier movimiento corporal producido por los músculos que genere un gasto de energía mayor al de reposo.
Mucho se ha hablado sobre los innumerables beneficios asociados al hacer actividad física. Entre los más comunes, podemos decir que mejora nuestra calidad de vida y aumenta nuestra sensación de bienestar.
Esto lo logramos puesto que al realizar actividad física nosotros controlamos nuestro peso corporal, fortalecemos nuestro sistema inmunológico, regulamos nuestro patrón de sueño y mejoramos nuestra atención, concentración o memoria.
Realizar actividad física tambien tiene un efecto terapéutico e inclusive preventivo puesto que se ha comprobado científicamente que ayuda a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, metabólicas, cáncer y obesidad.
¿Por qué es importante la actividad física en el trabajo?
¿Alguna vez has sentido dolor en tu espalda luego de pasar largas horas sentado en frente de un computador, o has tenido dolor en tu antebrazo luego de pasar horas digitando sin descanso?
Esto es solo una señal que tus músculos están fatigados y que ¡necesitan un descanso! En el contexto laboral es claro que la actividad física se ha convertido en una herramienta clave para la promover la salud y prevenir la enfermedades.
El desarrollo tecnológico y la modificación drástica de los hábitos de la población ha incrementado los niveles de sedentarismo y ha acelerado la aparición de desórdenes músculo esqueléticos, los cuales actualmente representan la causa principal del ausentismo laboral a nivel global.
El ausentismo laboral tiene un impacto negativo en las finanzas de un empleador. Sin embargo, calcular los costos derivados del mismo puede ser una labor dispendiosa debido a la inexistencia de sistemas de información robustos.
Se estima que su impacto económico puede llegar a representar cerca del 1% del PIB de un país, pero esta cifra puede variar considerablemente de acuerdo al nivel de desarrollo de cada país y las estrategias implementadas para contrarrestar los efectos del ausentismo laboral.
Por esta razón, la actividad física ha sido utilizada como un recurso intangible pero invaluable por parte de los empleadores para promover la salud de sus empleados y prevenir a toda costa el ausentismo.
Entonces, ¿cómo puedo ser más activo en mi trabajo?
En la actualidad existen diversas estrategias utilizadas por empleadores con el propósito de promover el bienestar de la población trabajadora. Uno de los pilares fundamentales de las iniciativas ha sido la práctica de actividad física dentro del espacio de trabajo.
Es así como a lo largo de este proceso de incorporación y adaptación de la actividad física al contexto laboral surgió el concepto de ‘Pausas Activas’.
Las pausas activas son usualmente percibidas como sesiones cortas de actividad física o breves descansos durante la jornada laboral que involucran ejercicios de relajación, movilización articular, estiramiento muscular y en general movimiento corporal.
Son espacios de esparcimiento que permiten ’romper’ con la rutina laboral, estrechar los vínculos personales entre colegas de trabajo y promover el bienestar físico y mental del trabajador.
Es un hecho que la inactividad física es la causa principal de los problemas de salud más que nos afectan en la actualidad. El sedentarismo es un dolor de cabeza para los empleadores ya que afecta negativamente el rendimiento de un empleado y consecuentemente la productividad de la empresa.
Sin embargo, con una dosis adecuada de movimiento y con un programa de pausas activas bien estructurado podemos prevenir o inclusive contrarrestar los efectos negativos de las enfermedades que suelen acabar con nuestra calidad de vida.
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