Faltar al trabajo no es un pecado, pero ¿Que sucede cuando se vuelve costumbre? Continúa leyendo y descubre lo que implica el término ausentismo laboral y cómo evitarlo.
Imaginemos que hoy despertaste con pocas ganas de trabajar, te sientes enfermo o se presentó un inconveniente personal que impedirá que vayas y te preguntas ¿Cómo se verá reflejado esto en tu sitio de trabajo?
Al respecto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) expresa que el ausentismo laboral implica “La no asistencia al trabajo por parte de un empleado, quedando excluidos los periodos vacacionales, las huelgas y las faltas por causas médicas.”
Las consecuencias de estas faltas van a depender de la legislación de trabajo de cada país y de los acuerdos internos y políticas de cada empresa.
Según Randstap Research para el año 2019 en España se evidencio que un total de 873.000 trabajadores sin baja médica no acuden a su empleo diariamente. Siendo el país europeo con los niveles más altos de ausentismo.
En pocas palabras, el ausentismo laboral es una pérdida temporal de horas o días de trabajo que, dependiendo la causa pueden ser justificados o injustificados.
¿A qué se debe?
El ausentismo laboral asociado a problemas de salud como enfermedades o accidentes laborales lidera las causas de la baja asistencia por parte de los empleados; especialmente en puestos con actividades repetitivas como educación, servicios y construcción. Por otra parte resaltan otras causas como:
- Falta de valoración y reconocimiento a los trabajadores.
- Remuneración y salarios insuficientes.
- Horarios extenuantes y agotamiento por la carga de trabajo.
- Permisos de paternidad, maternidad, lactancia o asistencia a consultas médicas.
- Accidentes de trabajo in itinere (en el trayecto al trabajo, a casa) o durante la jornada.
- Falta de compromiso por parte del trabajador.
- Incoherencia en las acciones de líderes o superiores, que generan falta de motivación.
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Existen situaciones especialmente protegidas que en muchos lugares no se consideran ausentismo laboral como las ausencias derivadas de la violencia de género.
Y ¿Cómo evitamos el ausentismo laboral?
En medio del estrés del día a día tendemos a ignorar las señales de alerta de nuestro cuerpo sobre lo importante que resultan los descansos físicos y mentales. Esto puede ocasionar enfermedades y afecciones que impedirán que cumplas con tus labores correctamente.
Es por ello que, incorporar pausas activas a la jornada laboral además de beneficiar al cuerpo y mente ayuda a mantener la motivación y crear hábitos saludables.
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Para Almudena Goulard, mánager de Ayming en España “Tener una alta carga de trabajo suele generar ansiedad, pero no tener demasiadas responsabilidades también produce malestar. La comunicación entre jefes y empleados es lo que suele incentivar las ganas de ir a trabajar.”
Por esta razón, desde la gerencia se pueden implementar cambios que resultaran en una buena motivación para los empleados:
- Mejorando el salario e ir aumentándolo periódicamente.
- Reduciendo la carga de trabajo si es excesiva.
- Estableciendo turnos en lugar de jornada corrida.
- Diseñando planes para motivar y crear lazos entre los empleados.
- Fomentando la competencia sana.
- Mejorando la implicación de los trabajadores y su participación en las tareas de la empresa.
- Bonificando a los empleados con horas o días libres por el trabajo bien realizado.
Una falta ocasional y justificada no debe ser motivo de culpa, remordimientos o despido. El verdadero signo de alerta subyace en hacer de las faltas laborales un mal hábito que perjudique tu desempeño profesional y genere perdidas a la empresa
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