Beneficios de un entorno laboral ergonómico.

Optar por un entorno laboral ergonómico implica asumir el reto de crear/modificar espacios, hábitos y posturas que se van a traducir en la construcción de un entorno más humano, armónico, ético y creativo.

Muchas veces en plena faena laboral entramos en piloto automático, lo que inconscientemente nos lleva a adoptar malas posturas, olvidamos hacer pausas activas e incluso descuidamos la hidratación/alimentación.

Ergonomía: una parte de la salud ocupacional.

Cuando hablamos de ergonomía nos referimos a la ciencia que busca el equilibrio entre las condiciones internas y externas ligadas al trabajo y que interaccionan con la biología de la persona.

Por lo anteriormente descrito la ergonomía, higiene postural y las pausas activas van de la mano como parte de la salud ocupacional; para permitir un adecuado diseño de tu puesto de trabajo considerando las características físicas, psíquicas y las operaciones que el trabajador debe realizar.

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Cómo lograr un entorno laboral ergonómico.

Las siguientes recomendaciones te serán útiles si piensas adaptar tu lugar de trabajo en la empresa, o estas por iniciar labores desde casa:

Temperatura: Laborar en un ambiente donde hay mucho frio produce inquietud y nerviosismo, mientras que a temperaturas excesivamente altas sopor y fatiga. Por ello recomendamos que el sitio de trabajo tenga una temperatura aproximada de 20ªC.
Iluminación: Esto varia según la ocupación, muchos lugares optan por usar la luz natural. De no ser posible esto, usa lamparas o bombillas blancas resultan una opción amigable con tu visión.
Sonido: El oído humano puede tolerar 55 decibeles sin ningún daño a su salud, cuando los niveles de ruido sobrepasan la tolerancia (mayores de 85 decibeles) se deben utilizar protecciones acústicas como orejeras o tapones.
Silla: Que posea tapizado con un tejido transpirable, ajustable en altura, con soporte para toda la espalda especialmente en la parte baja y que permita reclinarse. Las sillas deben ser giratorias, con cinco apoyos provistos de ruedas que permitan el desplazamiento sin que eso sustituya la caminata cuando sea necesario.

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Escritorio/ Mesa de trabajo: Se recomienda que la superficie sea amplia, libre de obstáculos y con suficiente espacio para colocar los antebrazos y los elementos que uses con frecuencia. La altura de la mesa debe permitir que apoyes los antebrazos formando un angulo recto con los codos.
Monitor: Se sitúa en el centro de la mesa (al igual que el teclado) a una distancia de 55-60 cm de tí. Procura tener la pantalla a la altura de tus ojos en un angulo aproximado de 30°. El monitor debe estar perpendicular a la entrada de luz, de esta forma no hace falta utilizar mucho brillo en la pantalla.
Mouse/ratón: Elige un mouse que se adapte a la curva de tu mano, fácilmente deslizable y que no requiera mucha fuerza para clickear. Utiliza una almohadilla para el reposo de la muñeca y al moverlo usa todo el antebrazo.
Reposapiés: Debe tener una Inclinación ajustable entre 0 y 15 grados con superficie antideslizante. Es necesario en aquellos casos donde la altura de la silla respecto al escritorio no permite descansar los pies completamente en el suelo.